Intersexión COVID MX



Adiós al Futuro

CU4RENTENA

Empecé el encierro desde el 15 de marzo, cuando regresé del 8M en los Países Bajos, donde presentamos un par de cortometrajes del Proyecto Intersexual y Hana y yo hablamos del activismo intersex en México ante un diverso auditorio en la ciudad de Utrecht. En esas fechas escuchábamos del avance del COVID y aun no éramos realmente conscientes de la magnitud del “suceso”, seguíamos haciendo planes -tantas cosas por hacer este 2020-. Volvimos a México y todavía presentamos una exposición del proyecto y el libro en la FES de Ciencias de la Salud como si nada estuviera pasando. Regresé a Guadalajara el día 15 e inicié las dos semanas de encierro recomendadas para viajeros que llegaban del viejo continente. Es en ese periodo de tiempo que se empezó a revelar para mí este mundo trastocado en el que habitamos desde entonces.

Ha pasado de todo en este encierro, es una montaña rusa, me he sentido bien, he sentido miedo, preocupación, ira, decepción y también esperanza… por un lado pude descansar, tomarme un tiempo para mí, hacia 4 años que no tenía vacaciones, no desde que empezó a generar interés el Proyecto Intersexual. Parar de golpe ese ritmo frenético que traía desde hace tantos años, ese ritmo que te obliga a producir y producir y colaborar en un montón de proyectos para apenas poder vivir dignamente -es cierto que amo mi trabajo, pero eso no justifica la auto explotación a la que nos somete el sistema económico y cultural del Estado-. Como artista y, en los últimos años como activista, sigo sin tener acceso a la seguridad social, ni a ningún otro derecho laboral. Soy “independiente”, me dedico a la escena principalmente, y hago luces y visuales para proyectos también “independientes”, trabajo con músicos, bailarines artistas de circo, etc. y nuestro trabajo fue lo primero en ser cancelado, recortado y reinvertido en cosas “más importantes”. Con el activismo tengo la gran fortuna de contar con un presupuesto anual para pagar los sueldos de todos en el proyecto hasta noviembre. Trato de conseguir más fondos para apoyar a la comunidad, pero muchas convocatorias que lanzan desde el norte no consideran el contexto real del activismo intersex en el sur, son fondos inalcanzables la mayoría de las veces. La precariedad e incertidumbre son parte de la vida del trabajo creativo y ahora veo que también del activismo, estas situaciones me han dado valiosas herramientas para afrontar esta pandemia, y la comunidad creativa puede y está aportando mucho a la organización social en este momento.

Es un tiempo de gran contraste, parece que finalmente algo se rompió en el mundo y aunque puede ser aterradora la idea de un colapso, la esperanza de reconstrucción es más fuerte. Las luces de las llamas encendidas en todo el mundo tienen un color que parece nuevo en este viejo y rancio mundo -No podemos volver a la normalidad porque es insostenible-. En todos lados la misma historia: Brutalidad. Mientras escribo estas palabras, mi entorno retumba de helicópteros y sirenas policiales, en este momento se está reprimiendo con extrema violencia una marcha para exigir justicia por un joven que fue asesinado a golpes por la policía, lo detuvieron por no usar cubre bocas y lo devolvieron muerto a su familia. Hoy durante la protesta las redes nos muestran en tiempo real las detenciones ilegales, el uso excesivo de la fuerza y la desaparición forzada a cargo del ESTADO DE JALISCO.

Mientras todo eso pasa y el mundo se convulsiona, la COVID sigue creciendo en la ciudad, al igual que el Dengue y se espera que la pandemia se extienda hasta el periodo en que se les una la influenza. Yo además tengo HSC perdedora de sal y problemas crónicos relacionados con el tratamiento de corticoides que nos da el sector salud para “normalizarnos” en la infancia, tengo los riñones y los bronquios desgastados y mis huesos son porosos y frágiles. Soy una excelente candidata para tener complicaciones por la SINDEMIA, pero yo tengo mis aliados y maneras de cuidarme lejos del sistema farmacéutico y el “Sector Salud”, la verdad preferiría morir antes que volver a un hospital. No me dan miedo sus utensilios de carnicero lo que en verdad me aterra es su mirada.

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