Según la activista y académica Mexicana Hana Aoi: ser intersex significa nacer en un cuerpo con variaciones de las características sexuales, las cuales son consideradas atípicas, tomando como referencia los cuerpos considerados masculinos o femeninos. Usualmente, se asigna un sexo a un recién nacido en función del aspecto de los genitales (presencia de vulva, longitud y aspecto de la estructura fálica, etc.), pero también por los órganos del aparato reproductor (gónadas, útero, etc.) y por el cariotipo (muchas personas creen que 46XX y 46XY son las únicas configuraciones naturales en el ser humano, y que toda otra configuración es patológica; nada más lejano a la realidad. Muchas personas también presentan cariotipos tales como 45X, 46XX/XY, 47XXY, entre otros). Cuando un recién nacido posee características sexuales que no encajan en la configuración típica de lo que se define como masculino o femenino, nos encontramos ante un cuerpo intersex. Erróneamente, muchas personas piensan que ser intersex significa poseer características sexuales femeninas y masculinas al mismo tiempo. En realidad, sólo significa que el cuerpo presenta un conjunto de características sexuales que no encajan en la definición típica de los sexos femenino o masculino.
Según el Dr. Cary Gabriel Costello: Existen dos razones principales por las cuales nadie puede darte una cifra exacta de cuántas personas son intersexuales. La primera es que no existe nadie que haya recopilado estos datos. Y la segunda es que al tratar de llegar a una estimación, la gente confía en las categorías de diagnóstico médico que deliberadamente niegan que muchas personas con cuerpos sexualmente intermedios son » realmente intersexuales”. A pesar de esta falta de investigación en el tema, se estima que entre el 1 y 2% de la población mundial nace con variaciones de las características sexuales, este es un porcentaje similar al de las personas pelirrojas y las que tienen los ojos color verde. Si consideramos este porcentaje (muy conservador para muchos investigadores y activistas en el tema), solo en México estaríamos hablando de entre 1.2 y 2.5 millones de personas.
Debido a que sus cuerpos son percibidos como diferentes, los niños y adultos intersex son a menudo estigmatizados y sometidos a múltiples violaciones de sus derechos humanos, incluyendo violaciones de sus derechos a la salud, el derecho a la verdad y a la integridad física, a no ser objeto de tortura ni de malos tratos, a la igualdad y la no discriminación. Por estas y muchas otras razones las personas intersex, -sobre todo ex pacientes sobrevivientes del protocolo de “normalización médica” -, a nivel global se han ido organizando desde la década de los noventas para visibilizar la violencia estructural; médica y social a la que son expuestos y exigir respeto y reparación por todos los daños causado a su integridad física y mental.
Prohibir de inmediato toda práctica que modifique las características sexuales de una persona sin razones médicas fehacientes y sin el pleno consentimiento informado de esta.
Abolir el sexo como categoría legal por ser consignado en documentos oficiales (partida de nacimiento, cédulas de identidad, pasaportes, etc.)
Rechazar las conceptualizaciones y asignaciones de la intersexualidad como un “tercer sexo”, “tercer género”, “sexo indefinido”, “sexo indeterminado”, “sexo ambiguo” o similares al nacer, así como la práctica de dejar en blanco el casillero correspondiente a la asignación de sexo tras el parto o alumbramiento, en tanto dichas anotaciones no reflejan la diversidad de cuerpos que habitamos y vulneran nuestro derecho a la privacidad. Esto debido a que actualmente en nuestros países es obligatorio inscribir a los recién nacidos en un sexo, recomendamos que se asigne masculino o femenino, de acuerdo con las mejores expectativas, sin que esto conlleve la modificación de nuestros cuerpos intersex con la finalidad de adaptar las formas corporales a las nociones de lo que se cree debería ser un cuerpo típicamente masculino o femenino.
Asegurar el acceso de todas las personas a múltiples opciones para el reconocimiento legal de su identidad de género a través de trámites administrativos sencillos, gratuitos y sin más requisitos que la voluntad de la persona que lo solicite.
Asegurar el derecho de todas las personas sometidas a prácticas de modificación de sus características sexuales a acceder a la verdad sobre su nacimiento, su asignación de sexo, su diagnóstico, las prácticas realizadas y su justificación, así como los nombres de las personas involucradas en dichas prácticas y su seguimiento.
Reconocer las consecuencias profundamente negativas de la patologización de nuestros cuerpos en nuestro acceso a la educación y al empleo, e implementar políticas concretas y efectivas de reparación.
Incorporar las diversidades de características sexuales y corporales, en todos los programas de formación, materiales educativos oficiales y en todas las políticas públicas.